Cuando se presenta un caso ante un abogado joven con poca experiencia la ansiedad, los nervios e inclusive el temor pueden acudir a la cita. ¿Cómo encarar la demanda? ¿De qué manera redactarla? ¿Cómo argumentar jurídicamente? son algunas de las preguntas que pueden desvelar a quiénes libran sus primeras batallas en esta profesión. Por ello, desde este modesto blog brindamos algunos tips para jóvenes profesionales.
1) Escuchar atentamente al cliente. Evitar interrumpirlo. Tomar nota de los hechos del caso y luego comenzar a cubrir las lagunas de la narración, preguntando sobre detalles.
2) Chequear la cuestión referente a la legitimación pasiva y activa. Piedra angular junto a la configuración de un caso. ¿A cuántos debo demandar? ¿Se encuentra facultado legalmente el cliente a poner en movimiento la maquinaria jurisdiccional?
3) Averiguar con que pruebas documentales cuenta el cliente y solicitar que informe nombre, DNI, domicilio y profesión de los testigos de los hechos del caso.
4) Teniendo en consideración los hechos del caso buscar jurisprudencia y doctrina que describan los hechos del caso. Los fallos y la opinión de autores permitirá conocer el derecho aplicable.
5) Revisar la legislación vinculada al caso y analizar que artículos de leyes, Códigos y Constitución Nacional entran en juego.
6) Comenzar la redacción. Ante cualquier duda en la descripción de los hechos contactar al cliente a fin de disiparla y de esta manera evitar cometer equivocaciones.
7) A fin de apuntalar la estrategia argumentativa hacer el ejercicio esquizofrénico de ponerse en la mente del futuro adversario en la contienda jurídica. De esta manera, al vislumbrar los posibles argumentos que empleará la contraparte en la contestación de demanda resulta posible no solo evaluar los puntos débiles de la propia argumentación sino también desarrollar ideas que permitan refutar de antemano un probable ataque a la estrategia de nuestra parte.
8) Quién alega un hecho debe probarlo. En atención a ello resulta fundamental analizar y revisar toda la prueba ofrecida. Reflexionar acerca de a quién se dirige un oficio, si conviene solicitar pericias, testigos, etc.
9) Jamás olvidar de reservar caso federal para el “hipotético e improbable” caso que el Juez no haga lugar a la demanda.
10) Disfrutar la incomparable adrenalina que genera litigar.